
Explotados defienden causas de explotadores. La conciencia de clase es una fantasía que no ingresa en los relatos de Osvaldo Príncipi.
Apostando bondades del lúgubre ungüento del laboratorio, comprobó que la idoneidad era una percepción ilusoria, que nada era útil al objeto cuando es un cósmico el objeto... Nunca pretendería la atención insípida de la ganadora de turno de bicicletas Toyama.
Le aburría la previsible correlación de hechos de su vida televisiva. Los gustos de un público y los miedos publicados lo hacen tambalear entre la ausencia total de gracia y talento y el perverso morbo del ejercicio del poder. Sobre objetos débiles y humillables.
Hay una vasta enumeración de variables, factores y elementos morfológicos y funcionales que hacen que objetos, personas-personajes, integren la categoría de humillables. La humillación de estos objetos/sujetos es una necesidad de control social, por la inherente amenaza a las convenciones arbitradas, a las pautas impuestas, a la ordenación de individualidades etiquetadas para la economía de esfuerzos de comunicación, que estos obj/suj representan.
Contra la economía de esfuerzos en la comunicación y contra la sujeción de las construcciones de expresión y significados a la lógica de la rentabilidad y máximización del rédito. Que no te vean venir ¿?
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