lunes, marzo 19, 2007

KO


Nunca voy a olvidar cuando mataron a cuchillazos al negro Oliva, en la placita de Alvear y Güemes, frente al monumento al boxeador; esa que daba al arroyo que años después desviaron, taparon y convirtieron en un parquecito lineal, con ciclovías, canteros, plantas y todo...

Quizá deba mentir, pero el ídolo no tuvo un final heróico: el hombre que había pegado y ligado palizas de doce rounds, estaba asustado, temblaba aturdido... se moría llorando, quebrado y sin fuerzas para gritar...
Los tipos que lo agarraron le abrieron un tajo de como veinte centímetros a la altura del pecho, se habían ensañado. El negro no había saldado sus deudas con la premeditada caída en el quinto round. Ahora el orgullo se ahogaba en su propia sangre.
Lo dejaron arrodillado como rezándole a la estatua, a un dios sacrificado en el ring. Lo dejaron arruinado, muriendo con la fragilidad de un hombre acobardado, con su sangre tiñendo el cesped, bajo la clara luz de la luna...


Cuando terminaron, me acerqué y vi que no tenía solución, le dije al oído que lo recordaríamos, que siempre sería un ídolo. No se si escuchó, y dejó de respirar...

Con el muerto ahí, sin saber que hacer, miré a todos lados. Desierto.
Lo dejé, sin moverlo y crucé al teléfono público. Hice una denuncia anónima y me fui.

martes, marzo 13, 2007

Ed Wood - Tim Burton

INT. BELA'S HOSPITAL ROOM - DAY
Bela lies sleeping in bed, pasty and pale.



NEWSPAPER CLIPPINGS of his hospital stay are tacked up.
Ed anxiously tiptoes in. He quietly speaks.
ED: Bela, wake up.
Bela stirs lethargically. Ed puts on a fake smile.
ED: I've got some good news. The doctor says you're all better. You can come home.


BELA: (so weak, he's barely audible) Really? I don't feel so great.ED: No, you look good. And the tests came back fine. (a poignant pause) C'mon...Ed gingerly helps Bela up.

The theater doors CRASH open. The angry mob pours out.
Ed spins wildly around... and sees a cab approaching.
ED: Stop!
KATHY: STOP!
Kathy runs frenziedly into the street and throws herself at the cab. It screeches to a halt. Everybody sprints over and jumps in. The cab ROARS away.
INT. CAB - SAME TIME
All of them are breathing heavily. They watch in the rear window as they drive away from the rampage. A nervous silence. Until Bela speaks.
BELA: Now that was a premiere.
All of them LAUGH.


Bela and Ed stroll down the street, in high spirits.
Bela smokes a big fat cigar.
BELA: Last night was quite a romp
ED: Did you see that kid grab Vampira's tits?
BELA: I envied him.
(he chuckles) Hell, I envied you too, having a girlfriend that would jump in front of a car like that.
ED: Yeah, she's really somethin'.
BELA: I know none of my wives would've.
Ed laughs. Bela puffs his cigar.
BELA: Eddie, I want to thank you. These last few days have been a good time.
ED: I just wish you coulda seen the movie.
BELA: No problem. I know it by heart...

jueves, marzo 08, 2007

desánimo

Voy a reventar como un sapo
es mía, realidad
estoy hecho mierda, sapo, mierda
yo

yo, se suponía que iba a ser alguna otra cosa
no un sapo que revienta y nada más
y ahora voy a ser eso
reventado
y sapo

había sueños, delirios, ilusiones
había promesas, posibilidades, proyectos
hay recuerdos absurdos
nostalgias que te agarran mientras sentís la estría

la panza estirada, la cabeza pesada
cabeza pesada… debería ser con z
pezada, como cabeza,
como la panza pezada.

¿No queda más que eso?
¿Se borró todo?
Qué importa, igual
No importa nada

Se suponía que iba a ser feliz
Que estaba destinado a grandes cosas
Que tenía una batalla que ganar, más aún
una guerra
la guerra final
el juicio final
lo iba a ganar yo,
estaba escrito…
en fin,
voy a reventar como cualquier otro…
sapo

voy a presentar mi derrota en todos los concursos
voy a mostrarla en todas las fotos
voy a explicarle al mundo:
no son más que unos escamosos
y simplones
sapos.

Sentí de tus recuerdos, recordá con los sentidos
el olor del vino, el olor del fernet
impregnado en el universo
y vos, a las 8 de la mañana, un sábado
y querés dormir
dormir
dormir
dormir…

no

Cosas que me digo a mi mismo (si llegás a leer esto es porque me lo enseñaste vos)

Pasá hambre, pero nunca pases vergüenza.
No dejes que te pasen por encima
No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a vos.
No cargues culpas ajenas, no les imputes a otros las tuyas.
Cuando ya no quede nada, seguí nomás.
Intentá depender lo menos posible.
Buscá tu creatividad. Inventá e inventate.

Sos quien quieras ser.
Rompeles el culo, que no te vean venir
Podés ponerte romántico, hasta un poco pelotudo,
pero siempre fijate lo que estás haciendo.

Sentí tu fiebre. Bañate. No duermas de más y no des consejos.

Suficiente.

casting

Un tipo común, sentía el futuro, promisorio, sabía que vendría una oportunidad, estaba atento. La mañana del casting se levantó temprano, a pesar de la resaca estaba lúcido. Había dormido cuatro horas. Suficiente.
Como no podía dormirse, la noche anterior se había bajado tres botellas él solo. Un par de películas sin sonido y un disco. Esa mañana no fue necesario el despertador. Llegó 20 minutos temprano, se cruzó al bar, un cortado y el diario.

-Buenos días, lo estábamos esperando. ¿Está listo?
-Claro.
-Bien… ¡maquillaje!

Era sencillo. Cinco minutos de improvisación frente a la cámara, luego del nombre, apellido y algún dato que le pareciera importante compartir. Había pensado en algo, así que todo iba bien.

-Soy Rodrigo Allub, me gustan las mujeres -se presentó.

Y luego vinieron los cinco minutos más importantes de su vida, hasta entonces. Todo salió perfecto.

-¿Has actuado antes?
-No frente a una cámara.
-Mejor, buscamos rostros nuevos, te llamaremos en una semana.

No pasó una semana cuando sonó el teléfono. El joven Rodrigo estaba borracho. Atendió.


-Mañana lo esperamos en la oficina, para firmar el contrato.
-¿De que se trata?
-Un programa sobre la vida nocturna no tradicional de distintas ciudades
-¿No tradicional?
-Así es. Venga y le comentamos más.

Fue, claro.


-La propuesta económica es demasiado, pero no entiendo bien lo del programa. Y que tengo que hacer.
-Usted debe incursionar por bares homosexuales, conocer personas gays, entablar relaciones, mostrarnos como vive la comunidad gay, que piensa, como actúa.
-Pero…
-Ya se lo que va a decir. No tema. Usted es un gran actor y su aparente condición de heterosexual no será impedimento. Cuando lo vimos en cámara, quitamos su presentación y vimos en usted el rostro, la actitud, la expresión exacta para el papel.
-Usted les hará creer que es uno de ellos –acompañó un señor más bajito, mientras entraba a la oficina y se paraba a la derecha del escritorio del productor.
-Permítame presentarle al productor de la serie Ron Abramovich… Rodrigo Allub
-Encantado Rodrigo.
-Ustedes no entienden que…
-Lo que no es impedimento para nosotros espero no sea impedimento para usted, joven. Esta es la oportunidad de su vida y usted lo sabe.

Era verdad, la oportunidad de su vida, lo sabía. No podría dejarla pasar.

-Usted dijo las palabras mágicas, alcanzó a decir Rodrigo.

Firmó y se hizo famoso. De una vez por todas.


Nota: premonición. basado en hechos reales, años antes de suceder. los nombres fueron modificados para resguardar la intimidad de abramovich. todo se veía venir
Al instante entendió tremenda negativa, comprendió las precisas circunstancias en que se manifestaba la privación. Resulta desde la distancia, difícil comprender como se sucedieron realmente los hechos y por qué cada uno actuó de la manera en que lo hizo.
Pero es necesario, queriendo encontrar la verdad (si es que vale las penas y el esfuerzo) despojarnos de lo que “sabíamos” respecto de los hechos, quitarnos aquellos ropajes ajenos, aquellos recuerdos de una historia que resultó falsa.

Y si digo falsa, es porque realmente todo lo hablado, lo escrito y publicado en infinidad de notas gráficas, de entrevistas realizadas a supuestos allegados o “testigos fieles” carece de sustento y de posibilidad de verificación mediante herramientas científicas honestas.

Consideren un tiempo perdido, no aquél que transcurrió entre los dos hechos que nos conjugan en este tiempo y espacio sino el posterior, el de los charlatanes y mercenarios de la información apócrifa, que deambularon por toda la escena artificial con que los medios de comunicación aparentaron reconstruir una realidad que se le escapaba, desde el primer momento, de las manos. En definitiva y para que quede claro de una vez por todas: nada de lo que se dijo, de lo que se vio desde aquél 19 de septiembre fue real.

La realidad fue otra y si bien pudimos haber peleado, intervenido en esa superflua puesta en escena, tan cargada de contradicciones y absurdos, tan espectacular a los ojos de miles de espectadores, pero tan irrealista; si bien pudimos haber querido aclarar las cosas no valía la pena, en ese entonces.
Sin embargo, al principio hubo algunos intentos, como el de Barreda, quien sufrió el escarnio público gratuito al que lo expusieron “los dueños de la verdad”, como él mismo los nombró irónicamente, al final, luego de recibir toda clase de insultos y agravios se mandó a mudar y los mandó a “la concha de su madre a toda la manga de hijos de puta…”, claro que lo dijo delante de las cámaras y eso sólo sirvió para reafirmar las idioteces que se decían… no lo culpo, yo también lo he hecho cientos de veces, pero desde los pocos espacios de intimidad que me dejaban libre en aquella época.

Pero bien, todo eso está lejos ya en el tiempo y la vorágine informativa ha hundido en el olvido mediático nuestro tema. Cuando dejaron de hablar de nosotros fue un gran alivio, aunque la carga había quedado y por eso, ahora, más maduros todos queremos hablar desde la realidad de los hechos, desde la verdad, si eso existe, o al menos ejercer algún humilde derecho a réplica… no sólo nosotros, ofendidos de mil maneras nos lo merecemos, sino la verdad misma merece ocupar algún lugar en todo esto. Y de eso vamos a tratar en estas páginas.

Sin excusas

-¡Hey Mackenzie, prueba de ésta!
Atrapado, el viejo y solitario Mackenzie juró venganza, una vez más…
-¿Sabe bien? ¿Eh, Mackenzie?- bromeaban los muchachotes. El sucio callejón, intransitable. No sólo era el olor rancio o la basura esparcida por el suelo, ni las paredes descascaradas que encajonaban y silenciaban el martirio, ni siquiera el ruido sordo de las mezcladas y violentas discusiones de frustrados matrimonios de clase baja y familias miserables, de aquellas que abundan en el lado sur. Era otra cosa lo que hacía un clima angustiante, como una sensación de piel rasgada, una atmósfera envenenada que penetraba los sentidos. La suma de sensaciones fétidas y desagradables, eso era el callejón, nada bueno podía darse allí.

Muerto el viejo, abandonaron el desconcertante antro, deambulando y en silencio. Oían ruidos y gritos en sus cabezas, estaban confundidos, desorientados, con una necesidad incontrolable de correr, podían oler su propia adrenalina.
Eran cinco y cada uno sentía asco por sus compañeros, en realidad sentían asco por todo pero no podían estar solos, eso era lo único que los mantenía juntos.

Esa sensación se esfumaba a los veinte metros. No recordaban que habían estado en el callejón, violando, torturando y asesinando al viejo cura y profesor de catecismo, el ya jubilado Mackenzie. Nada personal con aquél, no había ni recuerdos malos ni buenos. Simplemente no significaba nada para ellos, nunca existió.

Al principio de los episodios, como ellos les llamaban, inventaban razones, pero al cabo de la octava víctima ya no buscaron más… simplemente disfrutaban matando, como una diversión descarnada. Era una adicción al sufrimiento.

Pero en fin, una hora después de cada episodio ya habían vomitado o se habían aseado. Estaban en el departamento de alguno de ellos o en algún bar temático, de esos donde se juega al ajedrez o se escucha música tranquilizante. Sonreían en silencio, disfrutaban de la música, o de algún comentario de los parroquianos, se sentían tan armónicos, todo tenía su lugar, confortable, todo era paz. A veces, uno de ellos tocaba un viejo piano de cola; cuando era un niño, una amiga de su madre le había enseñado. Era bueno tocando, aunque algo sentimental.

El patétyco sr. gutierrez

Este cincuentón panzón y bajito emprende su lucha en los confusos territorios del bien y el mal institucional. Con su trajecito y el canoso jopillo tiene la misión de ordenar las cosas, limpiar las alimañas que azotan a las buenas costumbres sobre la faz organizacional.
Lo guía su profunda convicción de justicia y la añoranza de "aquellos tiempos bonitos en que la gente respetaba los valores esenciales de la nación y la cristiandad..."
"Hoy todo aquello perdido, se vuelve deber moral no descansar un minuto para volver atrás el camino erroneo tomado, el camino de las mentiras y el libertinaje"
Su misión es por las nuevas generaciones, las que aún no han sido contaminadas, y evidentemente su debilidad más secreta son las jovencillas que pasean ante sus ojos y le recuerdan sus años mozos, aquellos años cuando colaboraba en el grupo católico de muchachos y muchachas con valores, que ayudaban al prójimo y sin duda es el lugar donde adquirió valores hondos como la familia, el bien y la justicia de Dios…
Las jóvenes estudiantes de la universidad le recuerdan esos tiempos de juventud y también le atormentan porque ya se le pasó la primavera, el verano y el otoño despega sus últimas hojas…

se vieron por casualidad

- y quien lo dice, el reserva moral de la nación - "la" reserva - matate, tinaja de roble! - débil hepático! pasaron 3 horas así

otoño

otoño