la frustración

se lo vio venir de entrada así que de antemano, le gritó que se quedara piola, sabiendo que era inutil. También a él le habían advertido, pero el deseo de ir más allá de las posibilidades es fuerte. Tener en la cabeza el registro imposible y no poder darle vida. Madurar es la resignación y el golpe de horno se lo dio el fracaso.
ahora da consejos que no había querido escuchar... que aún no quiere escuchar

historia

llegando los monos a la piecita clandestina del escondido.
Están encontrando más de lo que querían ver,
están bajando y no pueden creer la luz de un sótano tapado
no pueden creer la música que se forma casi sin querer,
en el aire y las cosas, no pueden querer que se abran tantas puertas y que no haya límites

saben que lo que está abajo va abajo y arriba, arriba
pero bajan y lo que ven se ve cuando se sube
todo les da vuelta y no quieren, no pueden con eso
entonces, como desde siempre, como desde el principio del tiempo, cuando aún el tiempo no tenía ese nombre, como cuando la piecita aún era cueva
matan de miedo, antes que el miedo los mate.
y le ponen nombre al progreso

La vida es el pronóstico del tiempo

El extremo calor siempre afuera. El calor y el dolor de cabeza. En los pliegues latentes del tiempo, el cemento parece flotar, como un mal sueño. Se funde en tus recuerdos de hígado de abstemio. Como arena que se arremolina en poesía folk. Como el desconcierto sampleado de la vida de los otros. Como un cartel que prohíbe girar en U, en la avenida que hierve y en la vidriera que miente. Ahí es donde va la gente cuando ya no llueve.

la vida es un embotellamiento en hora pico

confuccio es un chofer del R11 que sueña escotes y conmueve con parrilladas. un cospel vale por una vuelta de carrusel en la plaza españa, una sesión de spa y un baile de cuarteto en el dakar. cree en las segundas marcas, en las gaseosas tamaño familiar, en la pizza con queso cremoso y en las conservadoras en las piedras del fantasio, en la camiseta celeste, en el recibo de sueldo y en el perro viejo que enterró en el 75 en el patio de la casa de alberdi. nunca dejó gente a pata, y si alguna vez le pasó, esa noche no durmió bien. las otras veces se fue acostumbrando. ya no putea, sabe que en la calle no tiene nombre y se volvió indiferente a las raspaduras. sólo cede el paso a los trolebuses y después se desquita.

la vida es un error de tipeo

el teclado, la almohada y las intenciones se alejan, bifurcan y repliegan. Los resultados no pueden ser garantizados:

"y como si les interesara a los expendedores de sombras, a los importadores de costumbres y tradiciones, o al zar de las dietas
exploró y conquistó farmacias de turno. Esquivando la luz fue perdiendo asientos y aplausos. Los sueños ya no le devoraban los nervios y se dejó estar.
Pero siempre hay alguien que piensa en uno y las comisarías atienden las 24 horas. Le encontraron un lugar poco confortable.
Progresivamente, se fue nublando, desenfocando. Se hizo vapor helado, ahora cae por las noches de invierno..."

la vida es un error de cálculo

confiado, cebado, sin la menor precaución y de andar obsceno, ostentaba mecanismos de defensas, barba de días y los logotipos más caros del mercado
confundido, no encontraba su propia década, ni las preguntas que respondía con "nada"
sonreía, sabía, pretendía, quería, gesticulaba. lo estaban filmando
quería estar en las remeras
quería hacer una revolución para que lo amara el poder
y no le dejaron ni los huesos