Gracias a esta cultura que requirió casi dos siglos para gestarse, los alegras, como también gustaban llamarse, estaban inmunizados a las penurias y desaires que les tocaba vivir en ese mundo hostil y dominado por la ley despótica del terrible Móridas.
A más de 800 años, el legado de aquél original pueblo, sus deseos, su actitud ante la adversidad es bandera de miles y miles de valientes perdedores que levantan la mirada, miran a los ojos de la injusticia y sonríen.

1 comentario:
por más maldad o malcogimiento con que se lo mire... es excelente... dejalo mucho tiempo a la vista...
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