miércoles, octubre 17, 2007

fuentes de inspiración

J. D. Russweill escribía sólo luego de agudas alucinaciones, provocadas invariablemente por toxinas como la amanita muscariapsilocibina o la psilocybe cubensis, setas que por contrato, su propio editor debía proporcionarles... sin alucinaciones, no escribía ni una línea.

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se vieron por casualidad

- y quien lo dice, el reserva moral de la nación - "la" reserva - matate, tinaja de roble! - débil hepático! pasaron 3 horas así

otoño

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