licitación

"A mi auto lo hice yo, de punta a punta, te lo juro, y anda mejor que cualquiera, lo puedo llevar a 220 tranquilamente.
Yo fui guerrillero, a mi me salvaron los milicos, era un pendejo
Fui voluntario en Malvinas y también en la guerra con Chile, porque acá nadie sabe que antes de Malvinas, acá hubo una guerra con Chile, eso no lo sabe nadie.
Mi vieja es de apellido Juez, yo soy primo de Luís, yo a Luís lo vi crecer de chico, pero nunca usé el apellido de mi vieja para conseguir algo. Con el tengo un gran cariño, te estoy hablando de un afecto entrañable, de hace muchos años, y digo esto cuando hoy no podemos estar de acuerdo en nada, pero en nada, eh!

Yo soy muy inteligente, muy rápido para algunas cosas, mi cuñado que tiene empresas por todos lados, que tiene un montón de cosas distintas y provee al Estado se agarra la cabeza conmigo, no lo puede creer. Una vez me llamó para que lo acompañe en una licitación, para ver lo que ofrecían otras empresas y yo agarro la lista, la miro y le digo:

-mirá fijate que este y este se conocen.
-no, no se conocen
-si, se conocen, haceme caso averiguá

Y bueno, averiguó y efectivamente se conocían."
¿Y vos como supiste que se conocían? Le pregunto
Eh (titubea), no importa, yo veía algunos datos, algunas cosas que demostraban, era evidente, se conocían. Pero no viene al caso.

Héctor se pierde cuando va al centro.

Héctor le encontró en el 80 el talón de Aquiles al mercado de los neumáticos y los trenes delanteros del parque automotor cordobés. Con una secreta fórmula, a pura estrategia y litros de adrenalina rompió el mercado. “¿vos sabés lo que es romper el mercado?”, “vos sabés lo que es que Michelin te mande la policía y te diga que te va a denunciar, que son robadas; y vos, un pendejo de 20 años les diga, si, dale, son robadas, dale denunciame” “Ellos nunca me iban a denunciar, porque sabían que no eran robadas” (nunca aclara de qué producto en cuestión estaba hablando, se supone que neumáticos)

Héctor se presenta como un mecánico. “Yo no tengo estudios, hermano. Pero tengo una cultura general, porque leo todo lo que tengo cerca. Yo sé de mitología griega, sé de historia, sé de la Biblia”

¿A mi, mi viejo me llevó a debutar a los 13 años, una burrada, te das cuenta?

Héctor, sic.

Lo conocí en el 98. Hace diez años exactos y sólo lo vi una mañana, en una rara entrevista laboral con tinte de explotación simulada en pasantía semi rentada. Diez años después, de nuevo, esta vez una propuesta laboral especializada y con difusas expectativas de una supuesta y categórica rentabilidad. Coincidencia o no, él nunca supo que nos habíamos visto antes. A mí, por teléfono, me sonaba la forma de hablar, era difícil olvidar alguien así. No recordaba bien la cara pero a los quince minutos y antes de terminar el primer café me convencí.

richie gaudio

Gaudio es nuestro querido enfermo
es Richie Tenembaun
es nosotros
lo respetamos y le hacemos reverencias…
mientras le guiñamos el ojo izquierdo
todos podemos ganar un grand slam.
Visitaremos doce veces a los Tenembauns...
y el mezcal y el rencor, la estrategia y el amor.
La honestidad y el deseo.
Entre Royal y Henry estamos todos
la familia, somos todos un poco,
mientras aprendemos php
y a vivir sin querer matarnos cada noche.
“veterano de dos guerras,
murió rescatando a su familia
de un buque que se hundía…
quisiera que esa lápida fuera mía”
-Hay que enseñarles un poco de imprudencia a los hijos
-Ese es un terrible consejo
-No, no crees que lo sea
Margot Helen. Todo y todos por ella.
Al fin. Estoy viviendo.
Pero no podré ser un personaje.
Que Pagoda nos apuñale
y que Gaudio se ría.
Otra vez.

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Ni John, ni Paul – Revivamos a George (desafío, desaire, desconsideración ante la línea editorial)

Hacerla de callado, segundón que con el tiempo aprende, sorprende, enseña y asusta. Que no te vean venir, pensamiento vector de legiones de desventurados, sin miedos para ceder ventajas. Cuando se forma parte de la banda más importante, original, insuperable y amada del mundo moderno, los parámetros de la autoestima son absolutamente relativos, extraños. Cósmicos. A pesar de las lágrimas. I me mine.
Costó, pero aprendió a tocar de todo. Aprendió la vida de oriente, recorrió las utopías lisérgicas y volvió a casa a la hora de cenar. Hizo el viaje en los 60, se hizo krishna en los 70, puso la plata en los 80 y les contó las historias a los nietos en los 90.
Intentamos matarlo en el 99. Le hicimos creer a un idiota que estaba poseído por el espíritu de Harrison, pero la navaja de Michael Abram quedó reducida a la mínima expresión cuando lo enfrentó la señora de George. Al final, le vendimos tantos cigarrillos en cuatro décadas que lo terminamos de un cáncer de pulmón y metástasis en el cerebro en noviembre del 2001. Tenía 58 años.
¿Qué tienen en común The Beatles, The travelling Willburys y los Monty Python? A los diez primeros que respondan correctamente les regalamos pasaje y estadía para toda una temporada en el backstage de Bangladesh; un paseo guiado por los intersticios más sublimes de la música y el arte, y un largo, largo, largo… camino a casa.

Perfil

Corrió en motonáutica, vendió autos, o partes de autos, vivió en una villa miseria, fue guerrillero, estuvo preso, fue voluntario en Malvinas, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos y al tercer día resucitó entre los muertos; cruzó los andes, los pirineos y escaló el monte Everest. Fue estratega, fue historiador, polemizó con los más versados, fue mito griego y hoy se presenta como un mecánico de barrio Marqués de Sobremonte.