El joven apuntó con precisión un tiro que no podía fallar y regaló un delicado juego de dardos y un blanco. De esta manera, había vapuleado un espíritu de reminiscencias conspicuas, abortando posibles concepciones antagónicas, discrepando indiscretamente con toda raigambre primigenia. En fin, transgrediendo vínculos instintivos de humana vergüenza. Este narrador no merece el tormento de opiniones vacuas. Los amantes de la libertad, la igualdad y el orden no serán salvados del dolor más cruento, de la perversa agonía de ser humano. El miedo, sentimiento fascinante, es el motor del mundo y la especie humana. Historia, civilización, progreso, leyes, naciones, comercio, política, industria, lenguas, religiones, sueños y monogamia devienen de la primitiva sensación de miedo. La humanidad es el indefinido escape del miedo, todo artificio o cultura es un intento inviable por corporizar la fantasía de la seguridad. Almas y alarmas tienen la misma matriz.
jueves, noviembre 15, 2007
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antes esto se iba a titular "morir de a poco o todo junto", ahora ya no sabe nada
No es retórica. Ni se si es pregunta, pensaba. se sentía sin ganas de vivir, tampoco de morir. la vida se le parecía cada vez más a una muer...
otoño
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