Las reminiscencias microbióticas del relato de bitácora del capitán de navío, J.T. Scott, son evidentemente resultados del consumo de las algas del cantón noruego de Karjdinsky, que tras lavarlas en fermento de caña de azucar son hervidas en olla de hierro con agua, en una base de ajenjo y ron añejo, durante 25 minutos. El resultado es un caldo o te con efectos alucinógenos que fueron bien descritos por el científico experimental Edward Collins, y que coinciden plenamente con los relatos microbióticos del capitán Scott.
...
Siempre hay tiempo para parar al lado de la ruta,
descansar las piernas y regar el patrio y tierno pasto de la banquina
y desde luego, más pop con reiteraciones del socialromanticismo italiano...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario