Promediando los 80, el bárbaro de “chuky” Leguizamón, nacido en un estero y criado en el Mercedes de primo Arnaldo (otro de los famosos transportistas del citrus, conocido como “el loco de la 14”), ya tenía todo organizado. Lo convenció a Arnaldo y al paraguayo Cristaldo para manejar juntos el gran negocio de las rutas de esa época: piratería de asfalto, peajes clandestinos, contrabando y putas. Durante cinco años fueron la banda más buscada del litoral. Nunca lo agarraron. Se dicen muchas cosas: que estaban arreglados con la policía, que tenían palanca política, que la intensidad de la mirada de chuky daba miedo, etc.
Dicen que una mañana temprano, luego de hacer noche en el aguantadero que tenían cerca de Jubileo, Arnaldo estaba arreglando el eje trasero del Mercedes (lo conservaba como pantalla) y el paragua preparaba mate cuando cayeron Basualdo y el gordo Vilches en una Ford Sierra y los remataron a quemarropa. Había terminado la década y la manija cambiaba de manos. Leguizamón reapareció recién en el 95, babeando la sobredosis en un prostíbulo de Concepción. La merca era de la que manejaba Basualdo.
Dicen que una mañana temprano, luego de hacer noche en el aguantadero que tenían cerca de Jubileo, Arnaldo estaba arreglando el eje trasero del Mercedes (lo conservaba como pantalla) y el paragua preparaba mate cuando cayeron Basualdo y el gordo Vilches en una Ford Sierra y los remataron a quemarropa. Había terminado la década y la manija cambiaba de manos. Leguizamón reapareció recién en el 95, babeando la sobredosis en un prostíbulo de Concepción. La merca era de la que manejaba Basualdo.
Gregorio Durban, ensayando el papel de Arnaldo, en “La traición del semieje” la obra cumbre de Vitorio Gramática. Estrena este fin de semana en el Teatro Auditorio de Arredondo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario