miércoles, octubre 15, 2008

Lanaro, exitoso entrepreneur

Luis Hidalgo Lanaro, hijo y nieto de herreros, soñaba con una oficina limpia y cinco corbatas semanales. Sabía que el camino era largo y el estigma lo perseguía. Cambió de apellido, de horarios, y de barrio. Luis Hidalgo aprendió estrategias y ademanes, abrió una cuenta en el roela y ejerció las más variadas formas del engaño. El éxito le inyectó el orgullo que la familia le había negado. Formó capital y montó una financiera que por la tarde era inmobiliaria y a la noche droguería. Contrató un tupido plantel de rubias tetonas. Tuvo socios, juicios y divorcios. Luego de años de aspirar poder de máxima pureza, largó todo y fundó su propia consultora. Hoy da charlas en compañías, universidades y municipalidades. Encabeza la lista de best seller y cada tanto tira unas fichas en el Conrad.

Algunas noches sueña terribles reproches del barrio, que luego olvida al despertar.

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antes esto se iba a titular "morir de a poco o todo junto", ahora ya no sabe nada

No es retórica. Ni se si es pregunta, pensaba. se sentía sin ganas de vivir, tampoco de morir. la vida se le parecía cada vez más a una muer...

otoño

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